miércoles, 26 de octubre de 2011

[poesía] STORNI


Alfonsina StorniVoy a dormir



Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme puestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,
una constelación, la que te guste,
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes,
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides. Gracias... Ah, un encargo,
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

Alfonsina Storni


Detalle del monumento a Alfonsina Storni en la playa de Buenos Aires



Este poema es el último escrito por la poetisa argentina antes de cometer suicidio. Lo despachó al diario «La Nación» como despedida.

Abajo, la famosa canción de Ariel Ramírez y Félix Luna, en versión (a mi gusto la mejor) de Mercedes Sosa:


jueves, 20 de octubre de 2011

FLAMENCO: las CANTIÑAS


Cante, toque y baile
en el flamenco todo es Arte



Otra estación mas en el viaje a través de los apuntes flamencos de Elgatosierra:

Nuestro bendito diccionario de la RAE nos dice a propósito de la CANTIÑA que es un término poco utilizado y que hace referencia a una “breve composición poética puesta en música, y especialmente la que usa el vulgo”.

Y no es que esté mal, pero en flamenco las CANTIÑAS son algo más. Es el nombre genérico con el que se denomina a un grupo de géneros del flamenco de la provincia de Cádiz, que incluye las alegrías, el mirabrás (qué palabra tan preciosa, me vuelve loco), las romeras, los caracoles y las CANTIÑAS propiamente dichas. Su carácter es eminentemente festero, espontáneo reflejo del sentir gaditano. ¡Casi na!

En Cádiz cantiñear es sinónimo de jugar, improvisar, fantasear, elementos todos inherentes al espíritu de las CANTIÑAS.

Representan el prototipo de cante festero del siglo XIX, papel que juega hoy la bulería, siendo en aquella época el género favorito de los cuerpos de baile en los cafés cantantes, considerados como verdaderos centros promotores de las CANTIÑAS. Bailaoras tan reconocidas como La Mejorana y La Macarrona consiguieron abundantes éxitos bailando los diferentes tipos de CANTIÑAS.

Antonio Machado y Álvarez, “Demófilo”, se refiere a ciertas alegrías y juguetillos que se realizan preferentemente en la costa gaditana, aludiendo posiblemente a las CANTIÑAS, y apunta que son más propias del andaluz que del gitano y que en los albores del flamenco, a mediados del siglo XIX, carecían de valor para muchos cantaores; es decir, que no formaba parte de lo jondo pero probablemente sí fueron considerados como flamenco. Vaya tontería, parece que Don Antonio no se acordaba entonces que lo jondo no va en el palo, sino en la intención y en su cabal interpretación. Vamos, que jondas pueden ser hasta unas sevillanas, como ya veremos.

En cuanto a sus antecedentes musicales, las CANTIÑAS se encuentran emparentadas con las coplas de jaleo que, durante el siglo XIX, tanta aceptación tuvieron por parte de los intérpretes.

Por otra parte, los elementos rítmicos y métricos que comparten las CANTIÑAS con los géneros derivados de la soleá obligan igualmente a relacionar estos géneros gaditanos con las antiguas coplas de jaleo. Las alegrías funcionan, dentro de las CANTIÑAS, como género regulador de los elementos rectores de la estructura musical que define los diferentes tipos.

Según los sesudos historiadores, las CANTIÑAS nacieron en Cádiz, en las primeras décadas del siglo XIX, a través de un proceso de cristalización de una serie de elementos que hasta la fecha se encontraban dispersos en otros géneros, por ejemplo, jota de Cádiz, antiguas alegrías o juguetillos, cantes de las Mirris, las alegrías denominadas La Rosa o La Contrabandista, romances, himnos, pregones bajo-andaluces o el fandango de Cádiz, entre otros géneros, cuya disolución cristalizó en los diferentes tipos de CANTIÑAS.

Las CANTIÑAS se realizan en el compás propio de las alegrías, es decir, una soleá ligera. Es característica común de todas las CANTIÑAS la tonalidad mayor que realiza la guitarra al acompañar al cante, mientras que las diferencias entre los diferentes estilos se dan en el diseño melódico de las numerosas tonadas que cada género utiliza como propias, en la mayor o menor ligereza de sus compás, y en los diferentes acordes (posición de la mano izquierda) con los que la guitarra acompaña cada tipo de cantiña tímbricamente caracterizados por la disposición de las voces de las cuerdas. Los tipos de copla son tan variados como rico es el material melódico y literario de estos géneros.

No me extenderé más sobre si la mano izquierda arriba o abajo, si en el acorde de mi mayor, de la mayor, de do…

enrique simone
  • Dejaré aquí como ejemplo precioso a Fosforito al cante con Juan Serrano a la Guitarra en “Toíta el agua del mar” por CANTIÑAS, un auténtico pellizco gaditano. ¡Lo más grande! En esta versión podemos escuchar con claridad el compás de la soleá que manda en todos los tipos de CANTIÑAS, y sobre todo escuchar la percusión rítmica de la guitarra y los nudillos sobre la mesa:

    Toíta el agua del mar
    Serrana que por ti muero otro te lo dirá, yo nunca te he dicho na que son el que más te quiero. De qué sirve la experiencia y de qué sirve el saber si luego toíto se olvía apena llega el querer.
    Que con el aire que lleva que cuando va caminando canta el farol que la ponga que tu lo vas a apagar.
    Ni con toa la agüita del mar ni con toa la agüita del río podrán apagar el fuego de un corazón encendío.
    Que con los titirimundi que yo te pago la entrá
    que si tu mare no quiere
    ay que dirán que dirán ay que tendrán que decir
    que yo te quiero y te adoro
    que yo me muero por ti.
Jaleo - Sargent

miércoles, 19 de octubre de 2011

[poesía] MACHADO


MachadoRetrato


(fragmentos)


Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Antonio Machado


Sorolla

«Niño jugando con barco», óleo de Joaquín Sorolla


2 VIDEOS del GATO...


Nuestro querido amigo ElGatoSierra nos regala un par de videos que ha seleccionado de YouTube durante sus merodeos por la Web. ¡Disfrútenlos!



martes, 18 de octubre de 2011

El problema de la Sinfonía y la solución de SCHUMANN

El castillo de Stolzenfels, a orillas del Rin, ilustra el espíritu
de la Tercera Sinfonía de Schumann

Beethoven Volvamos a esa época de entusiasmos y osadías como fue el temprano Romanticismo germano, y en particular el capítulo sinfónico. A la muerte de Beethoven, la forma sinfónica no encontró un continuador de parecida altura. O para hilar más fino, sí descubrió uno en el inspiradísimo Schubert, que reverenciaba al gran sordo pero había sabido emprender su propia senda; sin embargo, ocurrió con Schubert que la suerte no lo favoreció, y su grandeza, apenas evidente fuera de su círculo íntimo, permaneció inexplorada durante casi medio siglo tras su muerte y por ende, no logró influir a la generación inmediata.

La sinfonía pareció caducar como vehículo de expresión a falta de músicos capaces de medirse frente a ella —o frente a los nueve monumentos de Beethoven— y en gran parte también por los requerimientos técnicos de su lenguaje específico (el allegro de sonata). No es casual que uno de los verdaderos sinfonistas de tal período incierto fuese Mendelssohn, artista abierto a la influencia de los creadores pasados como Bach, despojado de prejuicios contra las estructuras musicales y así, capaz de equilibrar las ideas con una forma de expresión adecuada. Desde Francia, Berlioz ensayaba una solución novedosa con su Sinfonía Fantástica, dotándola con un programa implícito y así, anticipando el gran logro creativo de Liszt, el Poema Sinfónico.

Schumann

Mientras tanto, Schumann exploraba el territorio orquestal. Hombre de intuiciones geniales, vislumbró en seguida que la capacidad arquitectónica no era enemiga de la poesía ni de la frescura de ideas, antes bien, podía ser su mejor aliada. Escribió cuatro sinfonías en las cuales ensayó el difícil equilibrio entre forma y fondo, y echó mano a su originalidad para obtener el ansiado propósito. Entre tales recursos figuraba la reiteración de un tema a lo largo de la sinfonía entera, como elemento unificador, o la disolución de los límites entre los movimientos para dar la impresión de fluencia sin interrupciones. Además, supo aquilatar antes que nadie el legado sinfónico de Schubert y se benefició con el análisis de las obras escritas por el vienés, que como decíamos al comienzo, había abierto un camino destinado no a superar, sino a “contornear” la obra beethoveniana.

Con esto en vista, creo que Schumann se erige como eslabón fundamental en el desarrollo histórico de la sinfonía, la gran forma por excelencia; y no sólo por recapitular los logros de los creadores post-beethovenianos a fin de crear sus propias obras, sino también por apostar a la sinfonía en una coyuntura histórica donde el prestigio parecía deslizarse hacia las novedades —interesantísimas, por supuesto— de Liszt o Wagner. Esta elección valiente permitirá, a la postre, los logros de Brahms, quien consumará las ideas sinfónicas que esperaban, desde la Novena Sinfonía, un heredero.

Les comparto hoy las Sinfonías nº 2, en Do mayor, y nº 3, en Mi bemol mayor, de Robert Schumann, interpretadas por Kurt Masur y la Filarmónica de Londres. Valga destacar la jerarquía de este director alemán en su lectura del repertorio romántico, como destaca leiter en este artículo.
aquí

mp3 | VBR | 48 kHz | .rar 109,4 MB | scans | yandex

Stolzenfels

viernes, 14 de octubre de 2011

[poesía] HERRICK


Robert HerrickA la Música, para que calme su Fiebre



Encántame, adorméceme y consúmeme con tus deliciosas armonías; déjame arrebatado alejarme en tranquilos sueños. Alivia mi cabeza enferma, arregla mi lecho, tú, Poder que puedes divorciarme de este dolor; hazlo rápidamente, aunque no destruyas mi fiebre.

Con dulzura, tú puedes convertir su fuego voraz en una llama acariciadora, y luego hacerla expirar. Ayúdame a llorar mis penas, hasta dormirme; y concédeme tal descanso que yo, pobre de mí, pueda creer que vivo y muero entre rosas.

Cae sobre mí como un rocío silencioso, o como esas lluvias virginales que en la aurora esparcen su bautismo sobre las flores. Diluye, diluye mis sufrimientos con tus suaves acordes; que yo pueda entre deleites abandonar esta luz, y alzar mi vuelo hacia el Paraíso.
Robert Herrick (1591-1674)

“¿QUÉ QUIERE DECIR VIRGEN?”


Buenísimo cortometraje que les comparto con saludos de Elgatosierra:


Y como en la mejor tradición de la novela policial inglesa, todos los elementos para comprender la pregunta están a la vista... pero sólo nos damos cuenta demasiado tarde.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Festival italiano: CORELLI y PERGOLESI


Una de las realidades más atractivas que depara el Viejo Mundo a cualquier melómano es la frecuencia de los festivales musicales, los cuales congregan a músicos y estilos de toda especie y categoría para disfrute de los más amplios públicos. Pongo el acento en la diversidad porque, al lado de los célebres eventos de Lucerna, Salzburgo, Besançon o el Maggio Musicale Fiorentino, existe también una pléyade de otras ocasiones “menores” en impacto mediático pero rebosantes de vitalidad e inventiva.

Hoy les comparto un disco que registra uno de estos conciertos “live”, la Temporada Musical de la Parroquia de Brezzo di Bedero, en Lombardía, Italia.

CorelliEl programa se abre con el Concerto Grosso Op. 6 nº 12 del compositor romano Arcangelo Corelli, uno de los últimos escritos por el maestro y en donde éste comienza a superar los mismos esquemas que había ayudado a consagrar —el tutti enfrentado al concertino, es decir, el conjunto versus un puñado de solistas— en pos de lo que acabará siendo el moderno concepto concertante —el tutti en oposición a un único solista instrumental—, como se nota en la relevancia discursiva que asume el primer violín durante el segundo movimiento, «Allegro». También reconocerá el oyente un parecido entre la línea del bajo del primer movimiento de esta obra, y los mismos compases de la obra siguiente, aunque esta última tenga otra tonalidad (Fa menor).

PergolesiEsta segunda obra es el famoso Stabat Mater, escrito en 1735 por el joven Giovanni Battista Pergolesi, no mucho antes de fallecer con sólo veintiséis años de edad, al parecer víctima de la tuberculosis. La pieza, basada en una secuencia gregoriana del siglo XIII que medita los dolores de María al pie de la Cruz, se convirtió en la obra sacra más impresa del siglo XVIII italiano. Es particularmente inolvidable su coro inicial (que pueden oír en el reproductor, arriba) y el expresivo empleo de disonancias ocasionales. Se ajusta bien al anhelo de la Iglesia barroca por involucrar al creyente no sólo de manera intelectual, sino también emocional; así, Pergolesi dota al texto sagrado con un cierto elemento teatral, a fin de realzar el sentido de las palabras latinas.

Disfruten esta selección del barroco tomada desde un Festival italiano...

aquí

mp3 | VBR (~ 224 kbps) | 17 tracks | .rar 81,4 MB | scans

martes, 11 de octubre de 2011

El BACH de GOULD para ERNESTO


«Para Ernesto, nuestro Embajador Plenipotenciario para la Galaxia Toda, con admiración y cariño, de parte de toda la ciudadanía de RITMO (República Independiente de Tranquilos Melómanos Orates), para que siga sorprendiéndonos tan gratamente como hasta ahora.»


¡¡¡FELICIDADES CAMPEÓN!!!


Disco 1Disco 2Disco 3

MP3 CBR 320 kbps




lunes, 10 de octubre de 2011

Víctima del menú...


Queridos amigos y amigas, este fin de semana largo me ha significado un tanto de reposo, por culpa de una chuleta de cerdo mal asada en mi propia parrilla. De manera que les pido un poquito de paciencia, mientras el webmaster recupera su ritmo saludable. Hasta el reencuentro, que será pronto, les dejo un afectuoso abrazo.


viernes, 7 de octubre de 2011

TAN SIMPLE COMO UN PÉNDULO...



Ciertas cosas sencillas que me deslumbran no resisto compartirlas con ustedes, mis queridos amigos. En este caso, la sencilla “máquina” que aparece en el video, consistente en una serie de esferas colgadas a diferente altura, que tras recibir un mismo impulso ejecutan una danza, verdadera armonía de la sencillez que está en la base de toda complejidad.

El período completo de un ciclo de “danza” abarca 60 segundos. El péndulo más largo fue ajustado para realizar 51 oscilaciones en este tiempo; los siguientes realizan una oscilación más, cada uno, en el mismo período. Cuando los 15 péndulos se echan a andar al mismo tiempo, su sincronización cambia constantemente. El azar generando orden, o el orden implícito en el azar... como queramos verlo.

Déjense fascinar por 60 segundos...

jueves, 6 de octubre de 2011

FAVORITOS del BARROCO

tapa disco

Abriremos los fuegos de Octubre con música barroca. Y lo haremos a través de un disco notable por su repertorio. Cierto que resulta breve (poquito más de cincuenta minutos) pero la variedad de las obras programadas mantiene viva nuestra atención constantemente.

La muy norteamericana denominación Baroque Favorites viene precedida por el “gancho comercial” del inmarchitable Canon de Johann Pachelbel, apenas la primera estación de un recorrido que nos lleva a través del talento creativo de los genios europeos de aquel entonces. Pero nada de complicados alemanes post-imperiales; aquí están aquellos otros, menos prometeicos, que vivían moviéndose entre pequeños territorios fronterizos. Y junto a ellos, el disco se reparte entre italianos, ingleses y franceses.


PachelbelJohann Pachelbel (1653-1706): »Canon en Re Mayor« — edición de Raymond Leppard. Hay obras cuyo atractivo sobre las audiencias rebasa fronteras de tiempo y lugar. Otras, en cambio, son conocidas en tanto vive su creador y luego desaparecen con él. Un tercer grupo mezcla ambas tendencias: son las que reviven tras un paréntesis de siglos, y uno se pregunta cómo pudieron haber sido olvidadas. El famosísimo Canon de Pachelbel integra esta categoría. Sorprende, de hecho, que una pieza tan universalmente apreciada haya sido publicada recién a principios del siglo XX (1919), cuando su autor la escribió dos siglos y medio antes. Aunque se ignora el motivo de la composición, hay quien especula que el Canon fue compuesto para las bodas de Johann Christoph Bach, hermano mayor del gran Bach, celebradas el 23 de octubre de 1694. Importante: La versión incluida en el disco es un arreglo de Raymond Leppard que retoca varias líneas melódicas, como podrán descubrirlo ustedes mismos. De todas maneras no adultera el esquema básico diseñado por Pachelbel, mezcla de basso ostinato (las notas del bajo, que dan comienzo a la obra, se repiten a lo largo de ella) y un canon a 3 voces, originalmente encomendado a tres violines.

HändelGeorg Friedrich Händel (1685-1759): »Llegada de la Reina de Saba« — del oratorio »Salomón«, HWV 67. Esta sinfonía (episodio instrumental) abre el tercer acto del oratorio, en que la historia fastuosa del rey Salomón se convierte en una idealización de la Inglaterra georgiana. El estilo de Händel puede definirse como una genial síntesis cosmopolita en donde tienen cabida las aportaciones italianas, alemanas, francesas e inglesas de su tiempo. La Entrada... es un segmento lleno de vivacidad confiado a las cuerdas y dos oboes.

  • »Zarabanda« — de la Tercera Suite para clavecín en Re menor, HWV 436. Otra vez en arreglo de Raymond Leppard escuchamos esta danza de carácter noble y serio, que acentúa el tiempo débil de cada compás y que recurre al esquema »tema y variaciones«.
  • BachJohann Sebastian Bach (1685-1750). Culminación absoluta del período barroco y una de las cimas de la música occidental, este genial compositor jamás cruzó personalmente las fronteras de Alemania, aunque sí lo hizo su fama como virtuoso del teclado, en virtud de la cual estuvo a punto de medirse en un »duelo musical« contra el mismísimo Händel, quien, pese a acceder en un primer momento, acabó eludiendo el sabroso enfrentamiento. También Bach incorpora a su estilo los logros de las diferentes escuelas europeas mediante su insaciable curiosidad. Estas aportaciones son llevadas a grados insólitos de elaboración, con lirismo e inagotable inspiración temática. El disco nos brinda tres muestras del arte del maestro: la apacible »Sinfonía / Arioso«, de la Cantata nº 156; la vivaz »Badinerie«, de la Suite orquestal nº 2, BWV 1067; y la inimitable »Aria« para la cuerda de Sol, de la Suite orquestal nº 3, BWV 1068, una de esas músicas que no parecen pertenecer a este mundo.

    VivaldiAntonio Lucio Vivaldi (1678-1741). Este »sacerdote por profesión y músico por vocación« fue el gran maestro de la forma concertante, además de un melodista cuya gracia e inspiración tiene pocos iguales en la historia de la Música. Pese a que algunos lo culpan de facilismo y ligereza, la música de Vivaldi disfruta hoy de perfecta salud, acaparando audiencias en el ancho mundo. El disco nos ofrece tres movimientos tomados de distintos conciertos para mandolina y laúd.

    PurcellHenry Purcell (1659-1695) »Rondó« — de la música incidental para »Abdelazer«. El más notable creador inglés de todos los tiempos murió con apenas 36 años de edad, en la cima de su fama. Con todo, alcanzó a desarrollar un estilo propiamente inglés, sobrio y expresivo, que sería llevado a su plenitud más tarde por Händel. El presente Rondó fue popularizado en el siglo XX por Benjamin Britten en su Guía de orquesta para jóvenes, una serie de variaciones y fuga compuesta en 1946.

  • Atribuida erróneamente a Purcell durante mucho tiempo fue otra obra, el Trumpet Voluntary mejor conocido como The Prince of Denmark's March, cuyo verdadero autor fue un joven colega del maestro inglés llamado Jeremiah Clarke (c. 1674-1707).
  • MouretJean-Joseph Mouret (1682-1738) »Fanfarria-Rondó« — de la primera »Suite de Symphonies«. Esta pieza de heráldica sonoridad retrata con sumo arte el sentido de realeza que caracterizaba a la Francia del Antiguo Régimen, y es acaso la composición más conocida de este músico, nacido en Avignon y súbdito de Luis XV. Pero su favorable carrera en París experimentó reveses financieros y sociales que le afectaron profundamente. El maestro falleció en un asilo de caridad del distrito parisién de Charenton-le-Pont.

    CharpentierMarc-Antoine Charpentier (1643-1704) »Preludio«. Otro gran legado del barroco francés es esta famosa fanfarria, escrita como introducción al »Te Deum«, H. 146. Charpentier mantuvo una visible rivalidad con Lully que dividió a la corte francesa entre partidarios de uno u otro. La música de este prolífico compositor galo posee gracia, carácter y se sostiene en estructuras claras y elegantes.

    Alessandro MarcelloDos compositores más, venecianos como Vivaldi, cierran la nómina de creadores. Alessandro Marcello (1684-1750), a menudo confundido con su hermano y también compositor Benedetto, destaca sobre todo por su Concierto para oboe en Re menor, del cual escucharemos aquí el lírico »Adagio« que constituye su segundo movimiento.

    En tanto, Tomaso Albinoni (1671-1751) fue un creador de óperas que hoy es recordado sobre todo por su producción instrumental, entre la cual descuella el sentido »Adagio en Sol menor«... que es apócrifo. La estafa hay que atribuirla al musicólogo Remo Giazotto (1910-1998), especialista en barroco italiano que afirmó haber tomado el fragmento de un manuscrito de Albinoni, descubierto a principios del siglo XX, con un pentagrama del bajo y seis compases de melodía. Estos brevísimos materiales permitieron a Giazotto la »reconstrucción de la pieza«... pero hoy se sabe que él es el verdadero padre de la criatura. La revelación no ha afectado un ápice de la firme popularidad que goza esta obra.

    Así, amigos, les dejo este disco (dedicado a mi amiga Mara) para que lo disfruten:

    » D E S C A R G A

    MP3 VBR | 48kHz | scans | 15 tracks | RAR 89,4 MB

     
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